La Psicología del Deporte tiene cada vez más un lugar de mayor importancia en el deporte: de iniciación, perfeccionamiento, competición y alta competición. Cada nivel tiene diferentes demandas, y todas ellas son muy importantes para lograr el principal objetivo que se busca con la Psicología del Deporte: ayudar a obtener el máximo rendimiento de cada deportista con el máximo disfrute.

Esto no significa que el jugador vaya a ganar en todas los torneos que compita, sino que podrá rendir al mejor nivel que en ese momento la persona está preparada. Tendrá una mejor confianza ya que la percepción de control de la situación será mucho mayor, y está claro que no se pueden controlar todas las variables que pueden afectar, pero sí por lo menos todo lo que dependa de él.

Y como se ha dicho antes, cada nivel y cada edad tiene unas demandas y necesidades específicas, y mucho más si el lugar de entrenamiento es un centro de alto rendimiento. Ya que a las situaciones normales de mayor o menor dificultad a las que se enfrentan los deportistas cada día, se añade el: vivir fuera del entorno familiar, sin el apoyo y protección que dan unos padres, con unas normas diferentes a las de una casa, compartiendo habitación y el día a día con personas que te pueden gustar o no y que quizás muchas veces te tengas que enfrentar a ellos, puede que una cultura o idioma diferentes, etc. Es una situación en la que es muy importante que el jugador se adapte y acepte para que no sea un factor más que le impida rendir luego en pista. Por todos estos motivos y los ya citados es tan importante el papel del Psicólogo del Deporte.

Para lograr la estabilidad de los deportistas el Psicólogo del Deporte no trabaja sólo, sino de forma multidisciplinar junto con el entrenador, preparador físico, fisioterapeuta y médico si es necesario. Es importante que haya un contacto directo con cada uno de ellos para así poder trabajar en equipo.

Es muy importante asistir a entrenamientos y competiciones, así como hacer sesiones individuales en una sala y muchas veces en pista. Pero, ¿qué necesidades psicológicas concretas tiene una persona en esta situación?

Son muchas, y la mayoría están centradas en obtener una independencia y sana autonomía, sabiendo aceptar y trabajar con las responsabilidades y proyectos que el jugador ha elegido. Esto se traduce en un entrenamiento mental individualizado para cada tenista, pero también en un trabajo general para todos los jugadores del centro, con unos objetivos comunes que cada uno es importante que vaya logrando, y estos son:

- Aprendizaje del conocimiento de uno mismo.
El tenis es un deporte en que los jugadores están la mayoría de las veces acompañados por entrenadores o por sus padres en entrenamientos y en partidos y se está poco acostumbrado a pensar por uno mismo. Esto repercute no sólo en la independencia del jugador como persona adulta, sino también en una mayor o menor independencia cuando se está en pista. Pensar qué golpe es el mejor o el peor, conocer qué aspectos en concreto de mi juego tengo que mejorar, pensar qué táctica puede ser positiva aprender, conocer que cada vez que me duele el estómago antes de un partido significa que estoy nervioso y puedo necesitar hacer alguna estrategia psicológica, pensar si estoy cansado o no, pensar si me va mejor unas zapatillas u otras, unas raquetas u otras,...

- Aprendizaje de toma de decisiones asumiendo las consecuencias positivas o negativas.
En base a ese aprendizaje de uno mismo, el aprender a asumir responsabilidades en la toma de decisiones. Primero de menor importancia y fuera de pista, y poco a poco más importantes y decisivas. Este aspecto de la personalidad el jugador lo va a necesitar mucho en pista a la hora de resolver una dificultad, de hacer un cambio, de defender una idea. Está claro que el jugador no está normalmente sólo en pista (entrenador), pero todo lo que por sí mismo pueda resolver mucho mejor.

- Aprendizaje de análisis de un partido o entrenamiento.
Está dentro de ese conocimiento de sí mismo. Después de un entrenamiento o partido, valorar él mismo qué es lo que ha hecho mejor, lo que tiene que mejorar, su objetivo para la próxima sesión de entrenamiento o partido.

- Aprender a aceptar lo positivo y negativo de cada entrenamiento o partido.
Tanto aspectos positivos para una persona muy exigente como aspectos negativos o a mejorar para una persona excesivamente optimista, sin hablar de casos extremos, es muy importante que sea valorado y aceptado. Lo negativo porque sino el avance en el aprendizaje de esta persona será muy difícil, y lo positivo para valorar lo que se hace bien y así crecer en confianza.

- Aprendizaje en planteamiento de objetivos de tarea y de resultado a distintos plazos.
A principio de cada temporada se establecen los objetivos de cada jugador, pero es muy importante que a la vez que cada profesional de cada área piense sobre las metas de cada uno, que sea el propio jugador que repase y piense cuáles son sus metas tenis, mentales y físicas este año. Es importante que sepan que tienen que ser realistas, lo más cuantificables posible y distribuidos en plazos.

- Aprendizaje en el manejo del tiempo.
En un centro de alto rendimiento el tiempo libre es muy limitado, hay un horario muy exigente ya que no sólo está en entrenamiento para ser un jugador de tenis (todo lo que engloba), sino que también están los estudios o el aprendizaje de idiomas. Por ello es muy importante no desperdiciar y saber manejar el tiempo muy adecuadamente para aprovecharlo de forma positiva.

- Cuidado personal y de alimentación.
Es el llamado entrenamiento invisible; todo lo que el jugador se cuide en una buena alimentación, en una buena hidratación, en un adecuado uso del tiempo libre, va a repercutir de forma muy importante en el rendimiento del jugador. Esa disciplina mental fuera de pista será muy eficaz en pista.

El aprendizaje de estos aspectos mentales sería importante que estuvieran englobados en la estructura de un centro de alto rendimiento en forma de normas, en forma de programas de motivación, o en forma de registros diarios, entre otros, para que los jugadores fueran creciendo mentalmente no sólo como deportistas de alto rendimiento, sino también como personas adultas. Siendo realistas, la mayoría de las personas que están en esta dura y apasionante carrera no van a conseguir el sueño de ser los mejores del mundo, porque sólo unos pocos llegan, pero así además de conseguir sus logros deportivos podrán crecer como personas adultas sanamente.